A pesar de su juventud, no le teme a los retos. Su vida está llena de sueños que poco a poco va realizando. Amante de los animales, cree que no hay nada imposible. A punto de celebrar el primer aniversario de su primer libro y con varios proyectos en mente, AlejandraRastrilla sigue teniendo los pies en la tierra.
Nació
en Bilbao hace 22 años y desde pequeña ya sabía cuál era su vocación. Siempre
quiso ser actriz y lo consiguió con el teatro, que era su vía de escape. Subida
en los escenarios se siente libre y sin límites, con la confianza de poder
hacer lo que le plazca sin que nadie le critique. Pero con los años tuvo que
dejarlo para centrarse en sus estudios, aunque su pasado y presente siguen muy
unidos puesto que ahora es estudiante de Comunicación Audiovisual y hace apenas
unos meses se estrenó el primer capítulo de Betray
(2016), una webserie en donde ella forma parte del equipo de producción. Sin
embargo, no todo tiene que ver con las cámaras.
Movida por sus sentimientos y por sus ganas de expresar lo que lleva dentro, de sacar a la luz aquello que le disgusta, le apasiona, le entristece… autopublicó con una compañera de la universidad su primer libro, la primera parte de una saga, titulado A3, cuando la libertad deja de ser libertad (2015). Fue un trabajo duro, de nueve meses, creando y borrando, cambiando la historia completamente, dudando de si gustará o no, pero no se permitió tirar la toalla. Y es que sus ojos de color verde son el signo de la esperanza y de la ilusión de dejar algo en este mundo que llevara su nombre. Con ella hemos repasado algunos de los momentos más importantes de su vida personal, así como hemos retrocedido al comienzo de su andadura por la escritura.
Movida por sus sentimientos y por sus ganas de expresar lo que lleva dentro, de sacar a la luz aquello que le disgusta, le apasiona, le entristece… autopublicó con una compañera de la universidad su primer libro, la primera parte de una saga, titulado A3, cuando la libertad deja de ser libertad (2015). Fue un trabajo duro, de nueve meses, creando y borrando, cambiando la historia completamente, dudando de si gustará o no, pero no se permitió tirar la toalla. Y es que sus ojos de color verde son el signo de la esperanza y de la ilusión de dejar algo en este mundo que llevara su nombre. Con ella hemos repasado algunos de los momentos más importantes de su vida personal, así como hemos retrocedido al comienzo de su andadura por la escritura.
En
una fría pero acogedora sala privada de la Biblioteca de la UPV de Leioa nos ha
recibido Alejandra Rastrilla con una gran sonrisa en el rostro. Enfundada en
prendas de colores grises y negro, nada que ver con su personalidad alegre, y
sentada una enfrente de la otra, no ha tenido ningún inconveniente en responder
todas nuestras dudas.
Las
ganas de expresarse y de enseñar a los demás una forma de pensar diferente fue
lo que la llevó a escribir A3, cuando la
libertad deja de ser libertad, y eso que no le gusta leer. La idea, en un
principio, iba a ser la época nazi, pero en una tarde de cañas, viendo que la
historia no iba más allá, decidieron comenzar desde cero, fijándose en la situación
social actual española, en la injusticia que lo rodeaba.
Cuando
le preguntamos por la procedencia del título se lleva las manos a la boca,
riéndose. “Vimos que había un Audi detrás nuestro en el bar y resulta que ese
Audi era un Audi A3 y dijimos: ¿Cómo se llama la protagonista? Airis. ¿Cómo se
apellida? Adams. Empezamos a relacionarlo y dijimos, vale, Airis Adams,
pabellón A, celda 3”, explica con detenimiento.
Por
otro lado, Rastrilla cree que “hoy en día cualquiera puede escribir un libro”
ya que “no hay límites a la hora de escribir”. Eso sí, para nada se considera
escritora porque para serlo, según ella, “necesitas un público que te lea, un
público fiel”.
A
la hora de hablar de los sueños que le
quedan por realizar, comenta que ha cumplido todos los que tenía en mente. “Yo
siempre había querido ser actriz y yo me he subido a un escenario, he actuado y
he sido actriz. Yo quería escribir un libro y he escrito un libro. Yo, la
verdad, tengo a mis padres, tengo a mi perro y tengo a mis amigas”. Sin
embargo, no niega que le haría ilusión ir a Hollywood y ganar un Óscar, pero
antes, manifiesta que tiene que publicar la segunda parte de A3, A3, la última batalla, y su libro,
en el que lleva un año escribiendo.
Pero
no todo fueron situaciones cómodas. Cuando se toca el tema del maltrato animal
su cara se tora sombría. A la autora de A3 le parece una
“aberración” y cree que “no son justas las sanciones que se ponen” de 300 euros
por abandonar a un perro. Se cuestiona si tan poco vale una vida. Por ello, pide
al Gobierno que utilice el poder que tiene en algo útil.
Pero si hay algo
en esta vida que le ha marcado ha sido una frase que le dijeron cuando tenía 12
años: “Has ganado la última batalla, pero no has ganado la guerra”. “La madre
de una compañera de mi clase le dijo a su hija que me la dijera y me marcó
muchísimo porque es una frase que jamás, jamás, jamás voy a enseñarles a mis
hijos. Si algún día tengo hijos es una frase que jamás quiero que ellos
aprendan y jamás les diría porque yo creo que en esta vida un conflicto entre
dos niños no se puede llevar ni a guerras, ni a batallas, ni a tú me das y yo
te la devuelvo, y más con los temas de bullying que está habiendo ahora. Creo
que ese tipo de frases y ese tipo de personas son las que acaban con todo el
respeto que hay, el poco respeto que queda”.
“En esta vida un conflicto entre dos niños no se puede llevar ni a guerras, ni a batallas, ni a tú me das y yo te la devuelvo”
Miranda García y Alejandra Rastrilla |